A pocos
días de abrir sus puertas digitales al público las invitaciones ya se
subastaban en eBay, al parecer por varios cientos de dólares, eso a pesar de
ser una plataforma gratuita.
Algunos
analistas creen que esa política de "sólo por invitación" es un golpe
magistral de marketing: sin saber muy bien por qué los usuarios quieren formar
parte de una red que parece selecta.
La
viralidad con que Ello tomó internet en los primeros días de su lanzamiento
pilló por sorpresa hasta a sus propios creadores, que tuvieron que lidiar en
algunos momentos con 35.000 solicitudes por hora.
Como ilustración, cuando BBC Mundo contactó
con Ello para escribir esta nota recibió un e-mail de respuesta que tenía por
tema "Ello! We're slammed", algo así como "estamos
saturados".
"Ello es muy popular ahora mismo y
estamos recibiendo muchos e-mails a la vez. Somos humanos y estamos trabajando
para poder constestarte tan pronto como podamos".
Con sede en Vermont, Estados Unidos, Ello fue
creada por un grupo de artistas y diseñadores liderados por Paul Budnitz, que
se autodefine como creador de "productos bellos que cambian el
mundo", entre ellos anteriormente bicicletas y robots.
La red social tiene un diseño minimalista,
con tonalidades en blanco y negro. Y muchas de las funcionalidades todavía
están en desarrollo. Entonces, ¿Qué tiene de especial?.
¿Por qué tanto bombo?
Ello parece haber captado interés gracias a
un mensaje simple que parece ir dirigido a los usuarios frustrados con las
redes sociales más conocidas, como Facebook.
"Los dueños de tu red social son los
anunciantes", dice Ello en su manifiesto.
"Ello no vende publicidad. Ni
vendemos datos sobre ti a terceros", asegura la compañía.
"Creemos que una red social
puede ser una herramienta de empoderamiento. No una herramienta para engañar,
coeccionar y manipular, sino un lugar donde conectar, crear y celebrar la vida.
Tú no eres un producto", dice el manifiesto.
Según
algunos analistas Ello suscita interés por su promesa de interacción social
basada en una política de poder diferente.
Fuente:
BBC